Hablar de autos eléctricos lo hemos hecho siempre. De estructuras adaptables también. Lo mismo podemos decir de motores que incorporan nuevas tecnologías. Pero durante esta década, esto se consolidó pasando a ser el panorama normal en la industria automotriz. Los autos eléctricos dejaron de ser experimentales y los avances en ingeniería dejaron de ser exclusivos de la alta gama.
Plataforma MEB eléctrica de Volkswagen
Plataformas modulares
El tema de las plataformas modulares ya lo detallé alguna vez en una extensa nota, pero no podemos dejar de lado los importantes avances que se han hecho al respecto. En un inicio, la economía a escala se hacía de manera más precaria; o sea cambiando las insignias de un auto y modificando algunos accesorios para conformar un modelo nuevo, más deportivo o lujoso. O lo otro era agarrar un modelo y hacer muchas variantes de este.
La primera marca de autos en hacer de las plataformas modulares una estrategia de marketing fue Volkswagen. Pero hoy, no hay marca que no tenga plataformas modulares o sets de piezas combinables para modelos de carácter global.
Esto significa que las marcas tienen menos plataformas específicas, lo que permite estandarizar algunos procesos y concentrar más esfuerzos en otros puntos que si valen la pena. Aunque siendo sincero, eso también hace que algunas marcas se vuelvan flojas y generen un montón de autos similares dinámicamente.
Lo bueno, es que esto ha permitido mejorar la calidad de algunos autos que quedaban a la deriva en desarrollos de ingeniería, porque ahora estas plataformas son más fáciles de implementar en plantas de todo el mundo, lo que además ayuda a generar mejores modelos regionales.
En un futuro, gracias a los trenes motrices eléctricos, todo el proceso dinámico de un auto será emulado digitalmente y las plataformas serán muy versátiles. Capaz que las marcas solo tengan dos tipos de motores eléctricos a los que se les pueda incorporar un algoritmo para que respondan como un citycar o como un modelo offroad. No soy quién para decir si esto es bueno o malo.
Chevrolet Tracker: cambió el 1.8 por un 1.2 Turbo.
Turbos y nuevas tecnologías
Si nos ponemos del lado de los motores a combustión, la tendencia ha sido a achicar los motores y a utilizar un turbocompresor para suplir la falta de fuerza. El resultado ha sido realmente bueno y hoy podemos contar con motores mucho más eficientes y potentes. Un motor 1.0 o 1.2 con Turbo, puede desarrollar tanta o más potencia que un motor 1.5 aspirado. Lo mismo podemos decir de motores Turbo de dos litros, los cuales han reemplazado a motores aspirados de 2.5 y más litros de desplazamiento.
Antes la palabra Turbo se asociaba con alto performance, pero bien utilizado, el Turbo también puede ser sinónimo de eficacia y mejor consumo.
Algunas marcas, ya contaban con estos beneficios, pero podríamos decir que durante esta última década, la penetración de los motores turboalimentados ha sido mucho mayor, al punto de que hoy, un motor aspirado ya comienza a sentirse obsoleto.
Lo otro que se ha masificado, son tecnologías relacionadas a hacer del motor a combustión más eficiente en sí mismo. Los sistemas de alzado variable de válvulas ahora son dobles y en algunos casos, de ajuste continuo. Lo mismo podemos decir de la inyección directa, como ha mejorado la eficiencia térmica de los motores en base a la reubicación de los catalizadores, turbinas y múltiples de salida. Motores que comprimen más, sistemas electrónicos más sofisticados, bombas de aceite eléctricas y hasta sistemas como Freevalve o Skyactiv-X, así como el sistema de compresión variable de Infiniti; son inventos que nos dicen que al motor a combustión pareciera quedarle aún más vida de la que se cree.
Porsche Taycan Turbo
El alza de vehículos híbridos y eléctricos
El 2010 nos recibió con el lanzamiento del Nissan LEAF, el primer auto eléctrico de producción masiva que no parece un carrito de golf o un experimento (el primero, técnicamente, fue el Chevrolet EV1). Claro que el gran golpe lo dio Tesla con la presentación del Model S, modelo que ha servido como catalizador para que todas las marcas rápidamente hayan acelerado sus proyectos. Esta década también nos dejó a los BMW i3 e i8, que fueron modelos bastante especiales, debido a como se abordó su construcción, utilizando fibra de carbono, resinas y materiales ecológicos. Finalmente, el Porsche Taycan, apareció como uno de los modelos más avanzados en electromovilidad, incluyendo un sistema eléctrico de 800 volts y avances tecnológicos que le permiten usar su máximo performance sin sobrecalentarse o agotar su tren motriz.
No podemos dejar de lado al Hyundai Ioniq, el Ford Mustang Mach E, al Tesla Model 3, al nuevo Peugeot e-208 y a la gran ola de vehículos chinos, entre los que podemos encontrar al MG ZS EV como uno de los más exitosos en su masificación. Y ya que hablamos de China, ha sido el rol de este gobierno, el que ha permitido que los autos eléctricos sean mucho más viables comercialmente hablando. Autos con baterías intercambiables, experimentos de todo tipo y la ventaja de tener una alta población, aumentó rápidamente las cifras de venta para estos autos... y no solo autos, sino que también podemos hablar de buses, como los mismos que hoy tenemos en nuestra flota de transporte público.
El desafío aún está en mejorar los incentivos en países que están en vías de desarrollo, mejorar la infraestructura de carga para que sea más abundante y sustentable y claro, que las baterías tengan una mayor autonomía.
Las marcas que no han podido subirse al carro de la electromovilidad, han optado por la ruta híbrida, siguiendo los pasos de Toyota. En la actualidad, están los modelos más avanzados como los híbridos enchufables, los híbridos estándar y los microhíbridos, los cuales se ayudan de un pequeño generador de 48v para asistir algunas funciones del tren motriz. No hay marca que no tenga algún modelo con alguno de estos sistemas, lo que ayuda a poner algunos pasos intermedios en el camino hacia los autos eléctricos.
Hyundai NEXO
La venganza del hidrógeno
Parecía que el hidrógeno no iba a pasar de ser un experimento para marcas como Toyota, BMW, Mercedes-Benz o Hyundai. El hecho es que durante esta década, especialmente en los últimos años, las celdas de hidrógeno despegaron y de la nada comenzaron a publicarse muchas novedades donde se está implementando con éxito.
Toyota por ejemplo está apostando por los camiones y trenes. Para aquello ha generado alianzas con Hino y Kenworth. Sin embargo Volvo, Daimler y Hyundai no se quedan atrás. De hecho, sobre los coreanos también tenemos al Nexo, su primer modelo de pasajeros 100% impulsado por hidrógeno, el que llega justo a tiempo para enfrentarse al Toyota Mirai de segunda generación.
Probablemente en la próxima década tengamos avances más serios con respecto al hidrógeno, el que junto con el desarrollo de combustibles sintéticos, podrían abrir la cancha a otras maneras ecológicas de propulsión.