En la jornada de ayer, Jean Todt (presidente de la FIA), junto a representantes de la Federación, de Liberty Media (dueños de los derechos comerciales de la F1), dueños de equipo y posibles nuevos fabricantes se reunieron en París, con el objetivo de debatir acerca de las nuevas normas que se implementarán para las unidades de potencia a partir de 2021.
Allí, la FIA y Liberty Media (en representación de la F1) presentaron a los equipos una propuesta de las nuevas reglas, cuya base radica en la reducción de costos, la continuidad de la tecnología híbrida y la mejora del sonido de los monoplazas.
La propuesta incluyó los siguientes ítems:
- La continuidad de los motores V6 Turbo híbridos, de 1.6 litros
- El aumento en 3.000 rpm del rango de funcionamiento del motor para mejorar el sonido
- Parámetros del diseño interno similares para todos, con el objetivo de restringir los costos de desarrollo y desalentar los diseños y condiciones de rodaje extremos
- Desaparición de la MGU-H (sistema de recuperación de energía a través de los gases que expulsa el motor)
- Una MGU-K (sistema de recuperación pero centrado en recuperar la energía de las frenadas) más potente, para compensar la pérdida de la MGU-H, que incluiría la opción de un uso manual de energía por parte de los pilotos durante la carrera
- Turbo simple, con restricciones de dimensiones y de peso
- Electrónica estándar de almacenamiento y control de la energía (ERS)
- Elementos estandarizados en ciertas zonas del chasis, con el fin de que los cambios de motor, chasis y transmisión puedan realizarse de manera más eficaz y en las mismas condiciones para todos.
Estas propuestas fueron desarrolladas en conjunto entre la FIA y Liberty Media, utilizando datos de los propios equipos, proveedores de motores y expertos externos. Las normativas finales serán publicadas en los últimos días de este año. Igualmente, los datos sobre el diseño y el desarrollo serán presentados recién en diciembre de 2018, para asegurarse que los equipos continúen trabajando con los actuales impulsores.
Entre lo que queda de este año y el próximo, la FIA y Liberty Media continuarán trabajando con los equipos para establecer pruebas de los nuevos motores y restricciones en su desarrollo, además de otros tópicos ligados a la reducción de costos.
“La propuesta presentada fue el resultado de una serie de reuniones que tuvieron lugar durante 2017 con los equipos actuales que participan del Mundial y los fabricantes que mostraron interés en ser parte de la cima del deporte del motor”, señaló Ross Brawn, director deportivo de la Máxima.
El ex director de Ferrari y Mercedes destacó que “hemos escuchado atentamente lo que los fans piensan acerca de la unidad de potencia actual y lo que les gustaría ver en el futuro cercano, con el objetivo de definir un conjunto de regulaciones que proporcionen un sistema de propulsión más simple, más barato y más ruidoso”.
La disminución de costos, según Brawn, tiene como objetivo “crear las condiciones para facilitar el ingreso de nuevos fabricantes a la F1 como proveedores de motores, y así alcanzar una mayor paridad entre los equipos”.