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Probamos el Jeep Renegade 2017

Manejamos el más pequeño de los modelos de la marca, el que ofrece elementos propios de un buen todoterreno, un correcto nivel de equipamiento, pero que nos deja sabor amargo en otros ítems relevantes.

Probamos el Jeep Renegade 2017

Del Jeep Renegade hemos escuchado desde que el Grupo Fiat tomó las riendas del Grupo Chrysler allá por 2009. Claro, por entonces no se sabía ni cómo se llamaría el modelo, ni qué diseño tendría, ni el origen de su fabricación. Pero ya entonces estaban claras algunas ideas macro para el surgimiento de un nuevo conglomerado de alcance global.

Por ejemplo, se compartirían plataformas y mecánicas, siendo las compactas de origen Fiat y las grandes derivadas de Chrysler; Jeep sería la gran marca internacional del grupo, teniendo prioridad en las inversiones, y se la movería hacia abajo buscando nuevos clientes; y Brasil tendría un papel relevante debido a la fuerte presencia de Fiat.

Todo esto derivó en que a principios de 2014 se presentara el nuevo Renegade, construido sobre una plataforma de Fiat, incluso fabricado en Italia para el mercado europeo, y se pusiera en marcha la monstruosa planta de Pernambuco, con el Renegade como modelo inaugural.

Todo este preámbulo nos sirve para entender la lógica del nuevo Jeep Renegade que desembarcó en Chile hace ya un par de meses. Es brasileño, se comporta como un Fiat y tiene pocas cosas que nos recuerden a esos viejos Jeep que tanto nos gustaban.

¿Es esto malo? En absoluto. Ofrece una calidad de manejo más refinada que algunos de sus hermanos de logo, aporta más eficiencia en los consumos y permite tener precios más adecuados para una marca que se ha encarecido como pocas en Chile.

El Jeep Renegade 2017 se vende en Chile en versiones Sport ($13.490.000) y Sport LX ($13.790.000)

Ahora, para los clientes más puristas de Jeep, sin duda pueden encontrarse con un modelo que no encaja en lo que ellos buscan en la marca. Estará por verse.

Por cierto, el Jeep Renegade 2017 se vende en Chile en dos versiones, ambas compartiendo la misma base mecánica gasolinera, mecánica y 4x2, y con dos niveles de equipamiento: el Renegade Sport ($13.490.000) y el Sport LX ($13.790.000). En camino se encuentra una versión más potente,  automática y 4x4.

 

Características técnicas y mecánicas.

Partamos por el concepto y el diseño. El modelo fue desarrollado para encajar en el segmento B o de los compactos, que es el de mayor crecimiento en Chile y el mundo.

Por lo mismo, mide 4.232 mm de largo, 2.022 mm de ancho (con espejos) y 1.690 mm de alto, con 2.570 mm entre los ejes. Son medidas clásicas en un segmento muy variopinto, donde compiten modelos regionales como el Ford Ecosport y el Renault Duster (y pronto el Nissan Kicks), crossovers de corte europeo como el Peugeot 2008 y el Citroën C4 Cactus, y SUV tradicionales como el Chevrolet Tracker y el Hyundai Creta, y modelos más deportivos como el Mazda CX-3 y el Honda HR-V.

El diseño fue bastante controvertido en su momento ya que se pensaba que el Renegade tomaría la línea del Cherokee, pero Jeep decidió darle el estilo robusto y agresivo del Wrangler, con un formato cuadriforme, líneas cinceladas y mucha protección exterior.

También están, por cierto, los focos redondos, la parrilla de siete elementos, el capó elevado y los pasos de rueda prominentes y angulosos, todo típico en Jeep.

El Renegade está construido sobre una vieja  plataforma de Fiat, que fue evolucionada para permitir nuevos motores y tracción en las cuatro ruedas. Es compartida por varios modelos, como los Fiat Punto y 500X, y la usará también el nuevo Compass, lo que habla de su versatilidad.

Como cambios se incorporaron suspensión independiente tipo McPherson en las cuatro ruedas, lo que permite darle un poco más de despeje (171 mm), lo que se une a ángulos de aproximación correctos para un SUV (17,9º de entrada, 29,7º de salida y 21,2º ventral).

Bajo el capó hay un motor gasolinero 1.8 litros E.torQ desarrollado por Fiat, un cuatro cilindros con VVT, que eroga 132 caballos de fuerza y 185 Nm de par a las 4.500 rpm, que está asociado a una caja mecánica de cinco velocidades, que envía el par al eje delantero.

Supuestamente debería llegar el bloque TigerShark 2.4 de Chrysler con 185 Hp y 236 Nm, con la caja automática de nueve velocidades que debutara con el Cherokee, y tracción 4x4 con el mando Select Terrain.

 

Confort y Habitabilidad

Por dentro, el Renegade es sumamente amplio y luminoso, y esa es quizás su gran ventaja respecto de otros competidores. Los asientos delanteros son altos (aunque con ajustes) y ofrecen una gran visibilidad hacia el exterior. Raro es que la pedalera esté cargada a la derecha, algo desalineada respecto del asiento. Pero no es incómodo.

Las plazas traseras, en tanto, deben de ser las mejores del segmento. Esto se explica porque el diseño cuadriforme del auto, que mantiene la altura del techo constante. Esto permite, además, poder ofrecer respaldos bien reclinados y mucho lugar para las piernas.

A ojo caben cuatro pasajeros muy bien, con un quinto más estrecho a la altura de los hombros. Ojo, en las plazas traseras se va realmente bien, pese a que los asientos no son lo mullidos que nos gustaría, pero es algo característico en la marca.

El maletero, en cambio, se ve sacrificado con el diseño del auto ya que es pequeño (260 litros) y de base muy alta, aunque a favor ofrece un formato cuadrado que permite arreglar mejor la carga.

La sensación de calidad es alta, sobresaliente para el origen regional. Hay buen gusto en los materiales y texturas, e incluso aplicaciones de aluminio y cuero.

En término de equipamiento, incluye de serie doble airbag frontal, frenos ABS, control de tracción y estabilidad, neblineros, sensor de retroceso, control de balanceo de tráiler, mitigación electrónica de rolido, freno de mano eléctrico, sistema de audio con bluetooth y conectividad por USB, volante multifunción, control crucero, kit eléctrico completo, aire acondicionado, sistema keyless y computador a bordo, entre lo principal.

La versión testeada Sport Plus agrega el sistema de entretenimiento U-Connect con pantalla táctil de cinco pulgadas y navegador, aunque en nuestra unidad de prueba no estaba activado para Chile.

 

Impresión de manejo

Hay cosas que gustan de inmediato en el Renegade, y otros que no gustan nada. Vamos con las primeras.

Lo mejor tiene que ver con la calidad conductiva, ya que el Renegade ofrece un habitáculo bien insonorizado, con una aislación excelente de los ruidos de motor, rodadura y aerodinámicos, que suelen ser muchos con un diseño tan cuadriforme.

La posición de manejo es buena y ofrece mucha visibilidad hacia adelante, aunque para atrás la luneta es tan pequeña que no se ve nada.

En general, la suspensión está calibrada para amortiguar los malos caminos y aislar la cabina. Como el despeje no es tanto (18 cm), no se percibe ese clásico bamboleo producto de un centro de gravedad muy elevado. Hay rolido de carrocería como es obvio, producto de una suspensión enfocada en el confort, pero en general tiene un comportamiento bastante neutro y las cargas sólo son apreciables a alta velocidad.

Todo lo que tiene que ver con confort de marcha está bien ejecutado, incluso la dirección, que si bien transmite poco lo que ocurre bajo las ruedas, no es desagradable y ayuda mucho en espacios reducidos.

El motor es el punto débil del paquete. Aunque la caja está bien relacionada, hay dos cosas que no terminan de convencer: el escaso torque a bajo régimen, y la relación peso/potencia.

El 0 a 100 km/h de este modelo es de 13 segundos, lo que habla de su limitada capacidad para romper la inercia desde parado. El Renegade y sus 1.415 kilos se siente pesado para los 132 Hp del motor, especialmente porque el torque bajo las 2.000 rpm es poco, y hay muy poca respuesta cuando se pisa el acelerador.

Ya subiendo el régimen de marcha, el Renegade se mueve de manera más convincente, y si con la caja se mantiene en torno a las 2.000-2.500 vueltas, se puede vivir feliz arriba de este auto. Eso sí, el régimen de giro a 120 km/h es alto, 3.500 rpm, que no se percibe gracias a la buena aislación del habitáculo de la que hablábamos.

A pesar de esto, los consumos no son terribles con es la costumbre en Jeep: estamos hablando de entre 9 y 10 km/litro en ciudad.

En Buenos Aires tuve la ocasión de manejarlo también en una pista de pruebas con diversos obstáculos reales, y el Renegade mostró que pese a no tener tracción total, está concebido como un verdadero Jeep. Es capaz de trepar peldaños, descender controlado, ladearse, amortiguar baches profundos e incluso vadear. Eso hace la diferencia frente a otros SUV de tracción simple.

 

Conclusión

El Jeep Renegade es una pintura perfecta de cómo se está moviendo la industria de hoy. No es un clásico Jeep, sino una especie de híbrido, con elementos propios de Fiat y características típicas de un todoterreno.

Tiene un motor débil pero económico, propio de la marca italiana, pero es robusto y bien construido, como un Jeep; tiene un diseño cuadriforme y elementos hechos para el off-road, pero apenas es 4x2; ofrece mucho confort de marcha, pero escaso desempeño motriz, que vendría siendo todo lo contrario de cualquiera de los viejos Jeep.

Aún así, es un auto en general satisfactorio, bien equipado en muchos aspectos, aunque hay algunos que nos dejan con un sabor raro de boca. Primero, la pantalla táctil de apenas 5”, cuando lo normal es partir de 7”. Y además sin cámara de retroceso, un elemento importante que no cuesta nada implementarlo. Lo segundo, sólo dos airbags para un auto que está lleno de asistencias electrónicas a la conducción. Raro.

¿Conviene? Esta versión vale menos de 14 millones de pesos, por lo que está competitivo en el segmento, y tiene el logo y diseño de Jeep como principal atributo. Le faltan elementos, sin duda, y acelera poco. Pero es amplio por dentro, está bien construido y es confortable. Usted decide que vale más.

 

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